La vida es una fantasía extraña, que nos sumerge en la penumbra sofisticada de lo desconocido, ¿Qué es la vida? Es una pregunta que nos aqueja a algunas mentes constantemente, si esta pregunta tuviera respuesta, una que resulte un tanto sencilla de digerir la VIDA carecería de todo sentido.
La forma de pensar en tiempos pasados aun no nos abandona, sigue existiendo aun cuando han pasado cientos de años
Quizá por ello aún tenemos pensamientos aristotélicos, cartesianos o platónicos, cuando es necesario modernizar nuestras ideas para lograr sobrevivir en esta época revolucionaria, o al menos en una época carente de revoluciones verdaderas.
Creer al igual que Platón en la existencia de una verdad absoluta, universal y eterna es un ejemplo de este tipo de pensamiento que sigue sometiéndonos en estos tiempos. Pensar que las ideas que nos permitirán lograr un verdadero conocimiento son inmutables, innatas y estáticas es base de este pensamiento, creemos que el verdadero conocimiento llega cuando llevamos a la mesa de debate ideas diferentes y no solo las resaltamos, sino que las rescatamos, pero no a través de la riñas innecesarias, por el contrario, con el dialogo, es aquí donde entra el papel de la verdadera comunicación, quien realiza el rol de moderador y a la vez participe de este maravilloso debate de conocimiento.
Aristóteles, aunque empirista parece un poco mas abierto a la existencia verdades diferentes a las ideales, pero afirma que los conocimientos solo pueden ser empíricos, es decir se logran por medio de la experiencia que el mundo nos brinda para aprender de el y conocerlo,
Refutando a este autor, podemos decir que no podemos aprender solamente de la vida experimental porque no nos ofrece los conocimientos teóricos que son igualmente importantes para lograr un conocimiento; es por esto que ninguno de ambos modelos pueden funcionar por si mismos, es necesario que como personas capaces de pensar y experimentar nos involucremos en el verdadero mundo de las realidades, que a diferencia de lo que e pensaba no es una sola, no es inmutable, no es universal y no es estática, por el contrario, es evolucionista, cabe resaltar que a diferencia de las teorías evolucionistas ésta idea de realidades no va dirigida hacia la perfección, es más ¿qué es la perfección sino imperfección misma? Esta idea de realidades es mutable y varia con una enorme gama de colores.
Ambas posturas de conocimiento (platónica y aristotélica) han logrado controlarnos y dominarnos toda la vida, y esto no es un acto voluntario ni de libre albedrío ya que es bajo estos pensamientos que hemos sido educados en un sistema que responde satisfactoriamente a preguntas como ¿qué es la realidad?, y que han encerrado nuestra mente, nuestro pensamiento y nuestra alma en una caja de seguridad con un candado de papel china imponiéndonos tales formas de concebir al mundo; podríamos decir que somos una sociedad, que estamos en una era en la que aún no tenemos la fuerza necesaria para lograr romper ese candado de papel, quizá lo intentamos varias veces pero finalmente fuimos vencidos y con la idea del no haberlo logrado hemos ido creciendo quizá nuestra fuerza ha aumentado, quizá no es una cuestión de fuerza exclusivamente, sino de madurez y de saber que tan preparados estamos para recibir las realidades que nos envuelven día a día en un continuo laberinto de simplicidad.
O tal vez ya logramos salir por momentos de esa caja, pero nos dimos cuenta que el mundo afuera es mas difícil y pesado de lo que nos imaginábamos, entonces hemos regresado de nuevo a la luz cegadora o a la oscuridad y que además la hemos sellado.
Lo que estas teorías tratan de hacer es imponer un orden para lograr dominar a las personas, preocupándose no por la mejoría de lo que construyen, sino por lo que piensan que debe ser, se cierran a la concepción de que la idea es lo perfecto y no tratan de cambiarla. Esto por un lado con Platón
Aristóteles por el otro, solamente piensa en lo que es y se olvida de lo que puede ser, por ejemplo la frase “el hubiera no existe” que limita la imaginación. Ambos autores tratan de liberarse de las contradicciones que traen consigo la búsqueda de respuestas a cuestiones de la vida y de la muerte, respuestas que no se encuentran en el “mundo sensible” que nos hacen ir cada vez más allá de lo que vemos, sin notar que ellos mismos se están contradiciendo al mencionar: “el hombre es libre si se pertenece a si mismo” pero ¿Qué es libertad? ¿Podemos acaso ser libres en algún momento de este camino?
¿Existe libertad entonces, cuando alcanzamos la mayoría de edad? La libertad no está en el simple hecho de tomar decisiones que afectan solo a tu vida cotidiana, que a veces por ser tan monótona, no implica siquiera una necesidad de construcción real.
Por otra parte, el método cartesiano nos ha llevado a considerar como verdadero y real solo aquellas cosas que podemos ver, tocar y sentir; es decir, solo lo que nuestros cinco sentidos pueden percibir, nos ha limitado de manera extraordinaria a cosas evidentes, olvidándonos de lo importante que es y lo maravilloso que sería el lograr ver mas allá de lo que vemos, abrir nuestros sentidos permitiéndonos abarcar un campo más amplio del conocimiento que deje atrás pero que no excluya las cosas superfluas que traen consigo una necesidad por medir todo, que es resultado de la hegemonía de esta teoría que nos lleva explotar y cuantificar hasta los actos más sublimes de la experiencia humana, desde el clásico “te quiero mucho” que nos lleva a decir que hay cosas que queremos menos, o que el acto de amar es simplemente un bien terrenal, nos excluimos de nuestro propio entorno y excluimos al entorno de nosotros.
Para Rene Descartes la certeza era de gran importancia, lo que el ser humano extraía del mundo ideal no tenía validez porque se hacia a la idea de que esas ideas eran confusas y oscuras.
“Pienso, luego existo” Si solo podemos confiar en que lo único certero es el yo, entonces vivimos en un mundo lleno de extraños, solamente tienen certeza de ellos mismos ignorando su entorno, los sentimientos, el arte, ¿entonces, somos capaces de amar? ¿Ese amor es certero?
Entonces podemos decir que el método cartesiano, de la misma manera que los dos anteriormente mencionados han inhibido poco a poco el poder de nuestra imaginación.
Los niños tienen la capacidad de crear mundos extraordinarios, creen en la existencia de las hadas, las princesas, los príncipes, los duendes y en algunas ocasiones llegan a tener un amigo imaginario. Pero el proceso de desarrollo humano va haciéndonos perder este sentido de maravillarnos de todo, y de encontrar hasta en la criatura más pequeña algo maravilloso. Somos producto de nuestra historia de vida que nos construye y que construimos en nuestro entorno, algunas veces por el acelerado ritmo de vida dejamos de lado nuestros pensamientos, nuestros debrayes, esas construcciones que hacemos del mundo y que algunas veces nos remontan a algo extra sensorial. Nos desenvolvemos ante una sociedad que reprime y justifica la dominación de los sentidos.
Ana Lilia Rodríguez Olvera.
material resguardado bajo derechos de autor y publicado con licencia de la autora.
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