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jueves, 3 de abril de 2008

"El Águila"


Reportaje monumento:

este reportaje es de un monumento en el pueblo de Nanacamilpa Tlaxcala

“El águila” calzada del águila


Un águila majestuosa reposando sobre un nopal es señal de que los guerreros prehispánicos posaron sus almas en tierras sagradas, cómplices del romance cada mañana entre el Popocatépetl y el Iztahiuatl, pero también símbolo de modernidad en los tiempos en los que se buscaba libertad.

Siempre alerta, pareciera que entre sus alas se posa la más cálida bienvenida prehispánica, con sus ojos vigías a los desconocidos y sus garras en señal de defensa de su pueblo, los que día a día recorren el camino bajo su sombras la saben familiar, la saben majestuosa, la saben suya, la saben ganada a fuerza de progreso, a razón de raza de campo y nopal, de maíz, de familia, de júbilo, el monumento silencioso testigo del paso del tiempo en un pueblo casi anónimo con gente de calidad, con historias fantásticas y voces que perduran generación con generación.

Sus orígenes

Las teorías al respecto son variadas, pero siempre es más reconfortante una historia con un halo de fantasía, son un rastro de magia, un una espiga de fe. Se dice que fue hallada por los años de mil ochocientos y tantos, son pocos los que saben a ciencia cierta la fecha, pero fue mientras se hacían las excavaciones para el ferrocarril “Porfirio Díaz” que llevaría modernidad a los pueblos de Tlaxcala.


¿Quién la talló? ¿Quién la enterró a veinte metros de profundidad? ¿Quién sembró nacionalidad en los corazones de los agricultores y demás gente del pueblo?

Son las preguntas a las que muy pocos buscan respuesta, prefieren suponer que fue tallada por los antiguos guerreros mexicanos, por los dioses mismos que enviaron a la gente de la región una señal de fertilidad en la tierra, de calor en las personas, de belleza natural.

Sin embargo y a pesar de toda la magia, fue colocada en la entrada norte, del túnel ferroviario atravesaba el cerro. Ahí fue testigo de innumerables riñas entre militares y pueblerinos embriagados con el vino propio, el sabor del agave, el mezcal.

Quizá también formó parte de la memoria de una que otra muchacha robada por los ladrones que frecuentaban los ferrocarriles de pasajeros y carga de la época.

En el año de mil novecientos cincuenta dos el túnel fue demolido y las voces del pasado voces quedaron cautivas en medio de las tierras de siembra, solo los pobladores de mayor edad recuerdan qué era de esas épocas ayudados en medio de fotografías sepia se da vida a un ave ya dormida, que ahora sirve de paso a la calzada que lleva su nombre.

Con bombo y platillo

Después de tirado el túnel, el águila fue colocada en un arco de concreto a cuatro metros de altura, dos años más tarde para adornar la “Calzada del águila” que conecta a la población de Nanacamilpa Tlaxcala con la de Lira y Ortega donde se encuentra la estación de ferrocarril más antigua de la región, claro que ésta solo es un detalle histórico que permanece mudo y sin uso hasta nuestros días.

Ferrocarriles Nacionales donó la escultura al municipio de Nanacamilpa cuando el Sr. Florentino R. Aguilar era el presidente municipal y en medio de una gran celebración a la que asistió el entonces gobernado del estado Joaquín Cisneros, se dio la bienvenida a la maravillosa águila real, posada en un nopal con sus alas extendidas en señal de victoria.


De Postal

En la calzada se realizaban verdaderas fiestas charras adornadas por los montes que cubren la zona, corridas de caballos que tenían como meta el águila y en la que los hacendados de la región se jugaban sus tierras y su honor, hermosos pura sangre engrandecían los pechos de sus dueños y llenaban de fiesta las calles del pueblo.

Un camino de poco más de un kilómetro bordeado por el monte y tierras que cultivan la pureza mexicana en el más fino maíz y gigantescos agaves es encabezado por el monumento al águila donde, en estas fechas ya no se hacen corridas de caballos, sino relajantes caminatas al amanecer para respirar el más puro aire de monte, o al atardecer cuando el abuelo y la abuela se dan un momento para recordar viejos tiempos.

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