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sábado, 6 de junio de 2009

Y Quetzalcoatl no llegó

El pueblo se quedó a la espera de
que la serpiente rompiera sus cadenas,
se quedó suspendido en el pensamiento moderno.
El pueblo camina sobre lo que fue vida,
donde con sangre del corazón
se alimentaba a la conciencia,
en tierra de gigantes vestidos
de taparrabos y escudos emplumados.
El pueblo ríe, camina,
vira hacia ambos lados
antes de cruzar una calle, nunca cruza,
nunca piensa, nunca va a ningún sitio.
No sabe quién fue su padre,
el guerrero de pecho labrado y moreno,
y buscan en frascos brujos
la imagen clara europea,
se ha olvidado de la razón
de arar el color a conciencia bajo el sol.
No sabe que eres su hermano,
su padre librador,
ni que vuelas con las alas
que nacieron de tu pecho verde,
escamoso, emplumado.

Ana Lilia Rodríguez Olvera.
material resguardado bajo derechos de autor y publicado con licencia de la autora.

CREO SI,NO



No creo en tus labios de durazno
si creo en tus besos de piraña.
No creo en el mundo que siempre sonríe
y olvida todo
si creo en la dulce vida.
No creo en tus ojos claros que parecen reflejar sensibilidad pura
si creo en tu mirada cuando la diriges a mí
que me atrapa y me encierra en la prisión de tu melodía suicida.
No creo en tus brazos duros y varoniles,
si creo en tus brazos de sol que saben cuando hay frío
y cuando ser suaves y ligeros.
No creo en tu dios creador del todo de todo,
si creo en la fe y en la irracionalidad del día a día.
No creo en el paroxismo de tus palabras, ni en el derrumbe de ti,
si creo en el sufrimiento que te ocasiona el sentir.
No creo en la espera eterna,
si creo en la lucha audaz
esa que se construye de lágrimas y caramelos de vos.
No creo en tu locuaz razón que me confunde, me debilita,
si creo en tu irracional cordura
(que no es lo mismo pero es igual)
No creo en mis letras, en mis máscaras, en mis fantasmas.
Si creo que es posible creer.

Ana Lilia Rodríguez Olvera.
material resguardado bajo derechos de autor y publicado con licencia de la autora.