
Sentirte ceñido a mi cuerpo
a mis esperanzas
a mis sueños
a mi futuro
Sentirte pecho con pecho
mi vientre reposado en tu piel
mis ojos descansando en tu boca
Sentirte ceñido a mi cuerpo anti-real
a mis manos que vibran entre los dos
a mis años que ya no existen
y que se han vuelto tantos
tan de repente
Es una magia desusada y antigua
es un viaje a lo descomunal
a lo no visto por nadie jamás
porque mi cuerpo no es mi cuerpo
ese al que ciñes tu figura delgada
porque mis manos no son mis manos
y quizá yo no estoy
sino es sólo a través de tu paso
y quizá esta lengua
y esta vida no es nada
mientras para mi imaginario ya lo es todo.
Ana Lilia Rodríguez Olvera.
material resguardado bajo derechos de autor y publicado con licencia de la autora.
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