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miércoles, 8 de febrero de 2012

LA PROTESTA


Queridos amigos:

He leído un libro, que cimbró profundo mis pensamientos y le dio cierto sentido a ese sentimiento de coraje y frustración que acompaña nuestra realidad mexicana. El libro se llama Lecturas Budistas I, es una compilación de Arnold Kotler, Editorial Paidós Orientalia. El punto es que gran parte de las lecturas se orientan a la acción social budista, una de ellas hablaba sobre las acciones de amor y compasión que se gestaron en Vietnam contra la guerra. Es maravilloso leer que el pueblo se apropió del arte, esas eran sus "armas" contra la violencia, los artistas daban al pueblo sus obras, y éste las adoptaba... "En las calles y las aulas se cantaban canciones contra la guerra..."
Es en verdad un libro enriquecedor y hasta cierto punto complicado, cómo entender que en medio de la violencia, la tortura, las historias de pueblos destrozados, se pueda tener como punto de partida el amor y la compasión. En fin, les comparto un texto, que no tiene más objetivo que la expresión misma de la profunda tristeza que me da escuchar, leer, ver, y vivir las noticias de a diario. Hace unos años, esas noticias les sucedían a personas que parecían alejadas de la realidad, hoy, nos suceden a todos, alguien que conocemos, nuestras familias, o en carne propia hemos vivido la violencia y el crimen, robos, secuestros, asesinatos. Hoy no me quedo callada... por favor no nos quedemos callados.


LA PROTESTA

I
No queríamos su guerra
Queríamos paz, alegría,
Tuvimos muertes perdidas al viento
Trastocaron nuestra vida, nos vulneraron
Nupcias mortales iniciaron y no han parado.
Les hablamos a los “altos”, no escucharon
A nuestros atentos oídos llegó violento
El silencio espurio de que nada explica
No queríamos su guerra.
Se murieron muchos que amaban
Y a cambio viven aquellos
Que a hierro matan.
Se robaron el trabajo, el esfuerzo
La dignidad, la DIGNIDAD, todo.
¿Qué les hicimos?¿Qué derecho tienen?
¿Por qué no alzamos la voz y decimos basta?
El miedo se apropió de nosotros,
Y ponemos seguridad y rejas en casa,
Frágil refugio ante un omnipotente sistema.
¿Seremos la tuerca que gira la rueda,
Y otra vuelta de tuerca,
Y otra, y otra?
Dejemos de ser marchitos y tullidos
Emprendamos acciones en la vida diaria,
No sirve lanzar bombas molotov a tanques blindados.
Demos la mano a un niño, miremos el cielo,
¿Por qué tenemos que ser parte de su juego?
Cuidemos del otro, del que nos acompaña
Y de aquel que se integró al camino.
Cuidemos de nosotros, y de las flores,
Y de esta Madre Tierra, que se desploma,
Y de los hijos que son presente y no futuro,
Y de las manos que trabajan honradamente.
Cuidemos de nosotros, y de nuestras voces,
Que no nos calle el gigante,
Que no atormente más nuestros ojos,
Nosotros no queríamos su guerra.

Ana Lilia Rodríguez Olvera.material resguardado bajo derechos de autor y publicado con licencia de la autora.

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