Queridos amigos:
Es en verdad un libro enriquecedor y hasta cierto punto complicado, cómo entender que en medio de la violencia, la tortura, las historias de pueblos destrozados, se pueda tener como punto de partida el amor y la compasión. En fin, les comparto un texto, que no tiene más objetivo que la expresión misma de la profunda tristeza que me da escuchar, leer, ver, y vivir las noticias de a diario. Hace unos años, esas noticias les sucedían a personas que parecían alejadas de la realidad, hoy, nos suceden a todos, alguien que conocemos, nuestras familias, o en carne propia hemos vivido la violencia y el crimen, robos, secuestros, asesinatos. Hoy no me quedo callada... por favor no nos quedemos callados.
LA PROTESTA
I
No queríamos su guerra
Queríamos paz, alegría,
Tuvimos muertes perdidas al viento
Trastocaron nuestra vida, nos vulneraron
Nupcias mortales iniciaron y no han parado.
Les hablamos a los “altos”, no escucharon
A nuestros atentos oídos llegó violento
El silencio espurio de que nada explica
No queríamos su guerra.
Se murieron muchos que amaban
Y a cambio viven aquellos
Que a hierro matan.
Se robaron el trabajo, el esfuerzo
La dignidad, la DIGNIDAD, todo.
¿Qué les hicimos?¿Qué derecho tienen?
¿Por qué no alzamos la voz y decimos basta?
El miedo se apropió de nosotros,
Y ponemos seguridad y rejas en casa,
Frágil refugio ante un omnipotente sistema.
¿Seremos la tuerca que gira la rueda,
Y otra vuelta de tuerca,
Y otra, y otra?
Dejemos de ser marchitos y tullidos
Emprendamos acciones en la vida diaria,
No sirve lanzar bombas molotov a tanques blindados.
Demos la mano a un niño, miremos el cielo,
¿Por qué tenemos que ser parte de su juego?
Cuidemos del otro, del que nos acompaña
Y de aquel que se integró al camino.
Cuidemos de nosotros, y de las flores,
Y de esta Madre Tierra, que se desploma,
Y de los hijos que son presente y no futuro,
Y de las manos que trabajan honradamente.
Cuidemos de nosotros, y de nuestras voces,
Que no nos calle el gigante,
Que no atormente más nuestros ojos,
Nosotros no queríamos su guerra.
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